Bueno, ya estamos aquí, las vacaciones veraniegas se acabaron y hay que volver a la dura realidad.
Reconocer que han sido breves pero intensas. He disfurtado los paseos y excelencias culinarias del casco antiguo de Peñiscola, me he estremecido con los atardeceres y maravillosas aguas de Ibiza a bordo de una goleta turca y la brisa cálida de Mazarrón me ha acariciado en los cruising con mi long por el paseo de la playa. ¡Qué grandes momentos!
Un gran fallo, no llevarme el bodyboard. Quién iba a imaginar que a mediados de agosto entrarían olitas en Mazarrón. Mi único consuelo ha sido retratar a los que disfrutaron de ello y pensar que la multitud que había en el agua me habría jodido la sesión.
Como ejemplo de esta circunstancia dejo esta foto en la que dos surfer y un body pelean por la misma ola (ojo a las miraditas).Ah, se me olvidaba, el corchero se llevo la palma.
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