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Sin fortuna

No se si no me gusta jugar porque nunca me ha tocado nada o por el contrario nunca me ha tocado nada porque no suelo jugar, la cuestión es que no tengo fortuna en lo que al azar se refiere. 
Soy de esas personas que compran el número de lotería de navidad de su trabajo, no porque albergue ilusión por recibir un premio económico, sino para evitar la cara de gilipollas que se me quedaría si tocara a todos los compañeros menos a mí.
Esta tendencia cambió conforme mi afición por las redes sociales se incrementaba. Ahora los sorteos no te recompensaban con enormes cuantías económicas, los premios eran mucho menores, más cercanos, parecían más asequibles (una camiseta, pegatinas, material…) y la inversión para conseguirlos se limitaba a un click. Como decía un conocido presentador televisivo “A JUGAR¡¡¡¡…”
Un millón de “me gusta”, ”retwit”, “publicaciones en mi muro”, “aceptar eventos”, suscribirse, votar y compartir más tarde, me di cuenta de que yo tenía razón, no tengo fortuna en lo que al azar se refiere, da igual que el premio sea grande o pequeño. 
Decidí no perder más tiempo en estos “sorteos”, sobre todo cuando te das cuenta de que muchos de ellos son simples engañabobos que lo único que pretenden es obtener publicidad gratuita entre los usuarios sin premiar a nadie. Reacción, ni siquiera leo publicaciones de este tipo.
He de mencionar que soy una persona bastante flexible en cuanto a mis decisiones, es decir, si me propongo no jugar, no quiere decir exactamente que no vaya a participar en ningún sortero, rifa, timba, etc., si no que participaré en ellos cuando me salga de los cojones. (Siguiendo estos principios básicos ya he dejado el alcohol y las drogas).
Hace no demasiado apareció uno de estos sorteos que llamó mi atención, pues el premio la merecía. Era una tabla de longboard de la marca Long Days Longboards hecha a mano con maderas nobles. Una pintail ideal para patinar por el paseo marítimo al atardecer mientras el sudor resplandece sobre tu piel tostada por el sol en un interminable verano   …. perdón,  por un momento me he imaginado como protagonista de un vídeo de Juan Rayos ;-)
El tema era que había que darle a “me gusta” y poner un comentario. Yo hice lo que se me pidió, ni más ni menos, pinché el pulgar hacia arriba y escribí una chorrada.
Al día siguiente habría olvidado que concursé si no hubiera sido porque algunos miembros de mi “lista de amigos” se apresuraron a participar, reduciendo sensiblemente mis probabilidades de ganar, hijos de puta¡¡¡¡¡ :-)
Olvidé toda esta historia hasta que, hace una semana, un cartelito rojo apareció en mi mundo azul: “Long Days Longboards le ha nombrado en una publicación”….

Coño, que me ha tocado. 

He de reconocer que es una tabla preciosa, con unos acabados muy currados y profesionales. En su fabricación se han cuidado hasta los más pequeños detalles, como el rebaje en los tornillos para que no molesten cuando vas descalzo, el ensamblado de los distintos tipos de madera, el suave acabado de barniz, numerado de tabla, el logotipo y la funda de tela de saco totalmente en consonancia con el estilo de la tabla. 
Es el típico long que dudas entre usarlo para surfear las calles o colgarlo como elemento decorativo en el salón.
Muy a mi pesar, lo surfearé y para ello qué mejor que ejes REVENGE y unas blandísimas Zig Zags.






Enjoy the time to give you life.

1 comentario:

  1. Hermosísimas palabras, casi nos saltan las lágrimas de orgullo. Solo te pedimos que la disfrutes. Un saludo de todo el equipo de Long Days Longboards.

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