La naturaleza es muy sabia. Tanto, que ha sabido
adaptarse al incremento en los niveles de necedad humana en infinidad de
aspectos, pero por desgracia, no es lo suficientemente erudita para
sobrevivirnos ya que nuestra estupidez es demasiado grande. Una buena muestra
de este proceso evolutivo-adaptativo es la reducción en las estaciones.
Antiguamente los años se dividían en primavera,
verano, otoño e invierno. Sin embargo, la madre tierra ha considerado que
cuatro cambios climatológicos son demasiados para el hombre moderno y sobre
todo para su armario. Así que, hoy en día por mera simplificación pasamos del
verano al invierno, eso sí, de un día para otro y sin previo aviso.
Casualmente, las transiciones suelen coincidir
con ese día de mediados de octubre que tienes la brillante idea, basada en el
estupendo tiempo precedente, de ponerte pantalón corto y tirantes y ese, es el
día en el que coges el resfriado que te acompañará todo el invierno. También
pasa en Abril, cuando sales de la cama con todo el frío metido en el cuerpo y
para mitigarlo te plantas la ropa térmica, los calcetines gordos que te regaló
mamá en navidad, el plumas, la bufanda y los guantes para toparte de lleno con
26 grados a la sombra y un sol tórrido que te coloreará las mejillas como a
Heidi o guiri cualquiera.
A estas alturas de entrada, tú como lector te
estarás haciendo la misma pregunta que yo como escribiente: ¿a cuento de qué
viene toda esta brasa?
La respuesta es sencilla, solo quería decir
que el verano se ha acabado, que la luz natural se reduce por momentos y que
hemos dicho adiós a las interminables sesiones en bermudas.
Se nos ha echado encima el frío y la lluvia y con
ellos, la típica batalla entre el edredón nórdico y patinar, donde el skate
tiene todas las de perder.
Lamentable, ¿verdad?
Pues no tanto… existe un pequeño oasis donde se
puede ivernar de la mejor forma posible haciendo lo que más nos gusta, sin que
el viento, la nieve, la lluvia, el frío o Papa Noel con sus renos, llegue a
molestarnos.
Este paraíso está cerca de la capital, concretamente
en Aranjuez. NIVEL 1 no es el Indoor mas grande que haya visto, pero si es de
los mejor construidos. Posee transiciones suaves sin demasiada altura (no se
echa en falta mas), un coping perfecto,
madera impoluta sin salientes ni molestas cabezas de tornillos asomando
y una enorme transición que hace las delicias un carvero empedernido como yo.
Además al margen de la pista, la preinstalación
de altavoces por todo el local, el frigorífico, la posibilidad de comprar las
bebidas a un precio módico y las zonas de descanso, convierten esta pista en el
lugar perfecto para echar el día.
Información
y reservas en su página de facebook: NIVEL 1
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